martes, 21 de septiembre de 2010

.: Aunque parece mentira, ya van tres semanas

Llegamos el 24 de agosto al país en el que tanto soñabamos estar. La llegada fue dura, no lo voy a negar, todavía me quedaba la imagen de mi mamá llorando en el aeropuerto y media vida en Colombia, pero bueno, poco a poco me he ido reponiendo y gracias a la tecnología la veo mucho más seguido que antes, gracias a Dios y a quien inventó la Vídeo llamada por internet!

El viaje fue vía New York, la verdad no fue la mejor opción para nosotros que íbamos por primera vez a Canadá a residir, pero lo que sí es cierto es que nos salió muy barato, sólo $800.000 por cada uno.

Salimos a las 6.30pm de Bogotá y llegamos a NYC a las 12 de la noche. Sin embargo antes de aterizar, cuando nos pusieron a llenar los papeles de aduana sentimos un corrientazo frío en la espalda: El formulario nos preguntaba si ENTRE LOS DOS llevabamos una suma igual o superior a USD $10.000... en ese preciso instante me dí cuenta de que en Colombia habíamos pasado por alto ese pequeño detalle... nosotros llevabamos más de esa cantidad porque pensamos que igual llegando a Canadá no teníamos que declararla ya que cada uno de nosotros podía entrar a Canadá esa suma de dinero PERO en Estados Unidos no... así que nos asaltó la duda de si declarabamos o no... nos pusimos nerviosos nada más con imaginarnos al oficial de inmigración enviándonos a quién sabe qué guandoca para interrogarnos y acusarnos de narcos, como suele pasarle a los colombianos que viajan a cualquier lugar del mundo. Luego de muchas vacilaciones yo me decidí, es mejor declarar lo que llevemos, lo peor que nos puede pasar es que tengamos que pagar algo, o ser interrogados... que en ese caso no tenemos más defensa que la verdad y todas las pruebas para demostrar que éramos inmigrantes y nos íbamos a vivir a Canadá. Así que marcamos la cantidad en el formulario.

Al llegar al JFK, nos tocó un oficial bastante joven y descomplicado, gracias a mi Diosito que nos quiere mucho, nos preguntó en qué aerolínea veníamos y se rió cuando le dijimos que AIRES, él nos dijo en su perfecto inglés: Cómo no les da miedo volar ahí después del accidente en San Andrés???? nosotros nos reímos con él y hasta hicimos bromas sobre el vuelo. Finalmente nos dijo que si teníamos que declarar dinero debíamos ir con otro oficinal y llenar un formulario. Ahí nos pusimos nerviosos, no sabíamos qué nos iba a tocar. Nos acercamos donde los oficiales y uno de ellos se acercó y nos pidió los formularios, se lo entregamos y lo seguimos... en ese momento nos habló en español, era cubano y nos puso a llenar un formulario super sencillo y firmarlo, se lo entregamos y nos dijo que podíamos seguir al aeropuerto... Nosotros sorprendidos le preguntamos: That's it? y él nos contestó: That's it!!!

Quedé anonadada, si hubiera sido en Houston, nos hubieran puesto hasta los perros en las maletas, porque la entrada a USA por esa ciudad es una porquería, los oficiales son lo peor... pero en NYC nos fue tan bien que quedamos con ganas de volver. Mi primo dice que seguramente como nosotros le decíamos a los oficiales que sólo estábamos de tránsito en el aeropuerto y que nuestro destino final sería Canadá, no se molestaron en molestarnos... nos dejaron seguir.

En el JFK alquilamos un carrito para las maletas y nos pusimos a deambular tratando de quemar tiempo. Estuvimos ahí ocho largas horas en las que nos turnábamos para dormir en las sillas incómodas... no se puede negar, eran incómodas. Luego de tanto esperar... finalmente a las 7 de la mañana hicimos checking y nos fuimos a desayunar en el Juan Valdez del aeropuerto... hay que decir que el café de ese Juan Valdez no se parece ni en sueños a los de Bogotá, ahí empezamos a extrañar la tierrita.

El vuelo de NY a Halifax sí fue una risa. Luego de esperar tanto finalmente nos llamaron a los pasajeros para Halifax. Habíamos comprado tiquetes vía American Eagle (De American Ailines) para este trayecto, nosotros nos imaginabamos al típico avión Fokker o un Boeing... pero adivinen.... cuando entramos al super avión nos echamos a reír.... no era un avión, era un colectivo con alas, chiquitico e incómodo... sólo tenía una fila de sillas individuales (ojo, una sola silla detrás de otra) al lado derecho, el pasillo y luego una fila de sillas dobles al lado izquierdo... cuando lo vimos quedamos PLOP!!!! pero finalmente estabamos tan cansados que lo único que hicimos fue acomodarnos en nuestras sillas y echarnos a dormir (valga decir que llevábamos casi 18 horas seguidas sin dormir como Dios manda)... Con razón los tiquetes tan baratos!

Dos horas después sobrevolamos Nova Scotia, la provincia que sería nuestro nuevo hogar, jamás olvidaré la vista desde el avión de una tierra llena de pinos, rodeada por el mar y salpicada de lagos, se veía espectacular. Cuando aterrizamos en el aeropuerto sentí que se me hacía un nudo en la garganta... el mismo nudo que tengo ahora contándoles esto... habíamos llegado a nuestro nuevo hogar.

El resto... vendrá en otro post... por ahora los dejo descansar!!!!

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